Oct 252014
 

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Tu voto y afiliacíon legitima el sindicalismo institucionalizado, sumiso, de oficina, de despacho y estómagos agradecidos.

Nos hace falta un cambio profundo. Empieza por ti mism@.

La corrupción, las mentiras, el trapicheo y la estafa están al orden del día en el mundo de la política, pero también en el sindicalismo institucionalizado.

Elecciones sindicales ¿Para qué?

Para la CGT, su discurso, actuación, estrategia y compromiso, se basa principalmente en un trabajo ético y honrado en la utilización de las horas sindicales, así como en la práctica de la reivindicación, la democracia directa, la solidaridad y el apoyo mutuo. No solo en los centros de trabajo, sino también colaborando con compañer@s de otras empresas en sus luchas, dando apoyo, solidaridad contra el abuso empresarial y en la calle junto a otros colectivos luchando por el derecho a la vivienda, la sanidad, la enseñanza y demás derechos sociales que estamos perdiendo día a día.

Para CGT las elecciones sindicales no son un objetivo en si mismo, sino una herramienta más para llegar a los trabajadores/as y trasladar a est@s nuestra visión de lo sindical, la necesidad de unirnos, de luchar por nuestros derechos y por una sociedad más justa. Desde una práctica participativa, asumida por todos y todas, como única forma útil de avanzar.

Pero cuál es la realidad con la que nos encontramos y lo que piensa una parte importante de los trabajadores/as de los sindicatos y para que sirven las elecciones sindicales: Pues de que es una manera de escaquearse del trabajo, vivir del cuento, de salvarse el culo en caso de un ERE, para provecho propio y para que estructuras sindicales en representación de tod@s nosotr@s, nos negocien los convenios sectoriales o de empresa a la baja, en condiciones laborales más precarias, con mayor flexibilidad laboral, sueldos bajos, etc.. Sin que nos consulten y en la mayoría de los casos sin conocer al que supuestamente nos representa.

Bien merecida se tiene la fama, ya que una práctica mayoritaria y abusiva de la confianza de los trabajadores/as, poco ética, irregular, oscura, donde se ha utilizado en muchas ocasiones como moneda de cambio nuestras condiciones de trabajo para obtener ciertas ventaja, privilegios, garantías, tráfico de influencias, ha enturbiado la imagen del sindicalismo y de paso, hace dudar de cuáles son las verdaderas intenciones de tod@ el que decide participar en un proceso como este. Aunque se plantee hacerlo de otra forma he intentando dignificar el papel necesario del sindicalismo.

Creándose con todo ello, un ambiente de apatía, escepticismo, desconfianza y recelos, que en nada benefician a la clase trabajadora.

Es cierto, que el responsable directo de la situación de precariedad y abuso por la que pasa la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de este país, es del que está en la poltrona del poder, o haciendo un mal uso de la responsabilidad que se le ha dado para un cargo determinado. Pero no es menos cierto, que también lo es del que sigue dando el voto para que estos estén ahí.

En nuestras manos está cambiar esta situación. Si consideramos que hay unas organizaciones y unos compañer@s que no se merecen nuestra confianza, que se benefician de nuestro trabajo ¿Que hacéis afiliad@s a ellas? ¿Por que les votáis?

Cuando esto se repite una y otra vez durante más de 30 años ya cansa. Cada día se hace más difícil compartir un espacio común o convivir con el que vota alegremente, o lo hace para satisfacer sus miserias personales. Legitimando con ello, unas políticas sindicales que van en contra de todos y todas. ¡Ya vale! Asumamos de una vez por todas las responsabilidades que cada un@ tiene ante una situación tan grave como la que padecemos.

Si no somos capaces de ir superando esta etapa y entrar en una nueva, mal lo tenemos. Teniendo además muy claro que las elecciones sindicales por si solas no valen nada, si no vienen acompañadas de un cambio de actitud. Terminemos con el sindicalismo basura. ¡Pasemos página y dejemos atrás a los vende-obreros!

La acción, la movilización, la lucha, la participación y el apoyo mutuo son más necesarios que nunca. Como lo son la organización de la clase trabajadora para defender lo nuestro y para transformar un sistema, un marco legal que corrompe y es injusto. Que precariza, reprime y condena a la pobreza a millones de personas. Si lo que tenemos no vale, busquemos alternativas, construyamos otras, mantener lo de siempre va en contra nuestra, de la clase trabajadora.

Por la democracia directa, económica y social.

Por un sindicalismo: autónomo, de acción, participativo, ético, solidario y de transformación social.

Sección Sindical DHL CIM Vallés

Nos paenitet, ineo vultus est clausis ad hoc tempus,.