Este pasado martes al mediodía recibí una llamada en mi teléfono de trabajo, con amenazas de parte de alguien que estaba nervioso, pronosticándome problemas “a tí y tu familia”, «te vendrá sin aviso«, «si quieres decirle amenaza, dile como te salga de los cojones«, argumentando su miedo para decir que esperaba no tener nada que ver con una inspección de Trabajo (?) o una inspección de Hacienda, y volviendo a repetir lo de Hacienda un par de veces más.
Yo no sé si la gente ve demasiadas películas, que llega a confundir la realidad con la ficción. A mí también me gusta «Il Padrino» y el personaje de Don Corleone, es memorable. Pero es eso: cine, ficción, fantasía.
También parece que los «papeles de Panamá» han afectado emocionalmente a todos los grupos de evasores, no sólo al PP y toda la clase política, banqueros, empresarios, etc. Pero lo que era insospechable (o no tanto) fue que por un hecho fortuito, saliera a relucir el nombre de Hacienda, Hacienda, Hacienda… y tan cercano a nosotros.
No merece más letra. Una amenaza es una amenaza, y si con eso pretendía callarme, ha logrado el efecto contrario: Hacienda… Hacienda… Hacienda… Paga lo que te corresponde.
Ya he informado a RRHH de Oberta y al Àrea de Persones de la UOC, de esa amenaza telefónica en el lugar de trabajo, y ahora a tomarlo como de quien viene. Y si la cosa va a más, seguiré las actuaciones fuera del ámbito laboral donde se han generado.
Ni un payaso, ni el dueño del circo,
Ni nos callarán, ni dejaremos de luchar
Carlos Lavatelli
delegat CGT