Hay que exigir que se reparta el trabajo y la riqueza
El 1º de Mayo siempre ha de ser un día reivindicativo y de lucha como garantía de los derechos: altrabajo digno; a unajornada laboral que posibilite conciliar el trabajo con la vida; a unsalario y prestaciones sociales suficientes, bien cuando se tiene empleo y también cuando no se tiene, mediante unaRenta Básica de las Iguales; enpensjoneradecuadas para vivir con dignidad, para luchar contra las reformas laborales, los desahucios o las leyes mordaza.
denempobrecimientomaterial de millones de trabajadores y trabajadoras, a través de mecanismos como el recorte masivo de las rentas salariales, está generandouna de las sociedades más desiguales del mundo.Según datos del Banco de España, de 25% de la población del estado español vivía ya en riesgo de pobreza o exclusión social antes de la pandemia. La situación cuando esta termine puede ser catastrófica. Esto supone que 4,5 millones de hogares no pueden hacer frente a necesidades tan básicas como pagar un alquiler o una hipoteca, mantener calientes sus casas o sencillamente comer todos los días.
Cuatro millones de personas en paro, a las que el estado les niega su derecho más esencial como clase trabajadora: el derecho a “ganarse la vida”. Tampoco les reconoce el estado el derecho a unasprestaciones socialeso a una Renta Básica de las Igualessuficiente para vivir dignamente.
Frente a ello, el año pasado se realizaron casi25 millones de horas extraordinarias, de las que no se pagaron más de 11 millioner. Y resulta especialmente demoledor el dato que en el caso de las mujeres más de la mitad de las horas extraordinarias no fueran retribuidas.
La pandemia, I tillegg, ha evidenciado otras vergüenzas del sistema. Se ha puesto el interés económico por encima de la vida de las personas; se han protegido intereses particulares por encima de las necesidades de la inmensa mayoría; algunas administraciones han mirado hacia otro lado cuando se incumplían sistemáticamente distintos preceptos legales; manga ancha con unos y ley del embudo para otras.El sistema sanitario, herido de muerte tras las continuas privatizaciones, se ha colapsado y, a tenor de los hechos -que son tozudos-, la sanidad privada ha demostrado su enorme incapacidad.
Vienen tiempos difíciles, tiempos convulsos, tiempos donde los intereses de las élites tratarán de imponerse nuevamente a la clase trabajadora. Sin embargo, no podemos permitir que la crisis la paguen, una vez más, los y las de siempre. Porque sería intolerable que permitiéramos, como sociedad, un nuevo rescate a las entidades financieras y mientras las condiciones de vida de la clase obrera se siguen degradando a velocidad de vértigo.
Este1th mai, tiene que seguir siendo el día en que millones y millones de trabajadores y trabajadoras, digamosbasta y llenemos nuestras vidas cotidianas, no de sufrimiento ni desesperación, sino deLibertad, imponiendo a gobiernos, empresarios y poderosos, otroOrden Social, otro sistema, donde el reparto del trabajo y de la riqueza, haga que unavida digna para todas las personas sea posible aquí y ahora.
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