Abr 022015
 

En 2014 nos dejaron tres mujeres libertarias nonagenaria que vivieron in situ la revolución de 1936 y la fuerza del anarquismo en la Península Ibérica del primer tercio del siglo XX. Pérez, Fontanillas y Liaño representan la conjunción entre la lucha popular y la reflexión cultural. Las tres no tuvieron suficiente con el fervor revolucionario y las duras condiciones de sus vidas, y condicionaron la resistencia a una sólida formación intelectual y moral.

El 17 de abril moría Concha Pérez Collado, nacida en Barcelona en 1915. Hija de un militante anarquista, la Concha formó parte de la CNT y de la Agrupación Cultural Faros. Por su lucha sindical fue cerrada en prisión. En 1936 se fue de miliciana con la Columna Ortiz al frente de Aragón y trabajó en una fábrica de municiones colectivizada. En 1939 estuvo cerrada al campo de Argelès. A su regreso a Barcelona participó en la lucha contra el franquismo desde su parada de los encantos del mercado de San Antonio y en la transición colaboró ​​con el asociacionismo vecinal. Concha Pérez continuó siendo militante de la CNT, posteriormente de la CGT y socia del Ateneo Enciclopédico Popular. El realizador Ken Loach se inspiró en ella para uno de los personajes femeninos de la película Tierra y libertad. Concha Pérez ha intervenido en los documentales De toda la vida, Vivir la utopía y Mujeres del 36.

El 19 de abril moría en Caracas Concha Liaño Gil, que había nacido en Francia en 1916. Pero su infancia y juventud las pasó en Barcelona. Hija de una familia anarquista, a los 15 años formaba parte de las Juventudes Libertarias del barrio de San Martín. En 1935 fue una de las mujeres fundadoras del movimiento Mujeres Libres y redactora de la revista del mismo nombre. En 1939 se exilia en Francia y, posteriormente, en Venezuela. Participó en el documental de TVE Vivir la utopía. En 1996, Vicente Aranda se inspiró en Concha Liaño para uno de los papeles de su filme Libertarias.

El 23 de septiembre moría en Dreux (Francia) Antonia Fontanillas Borràs, que había nacido en la calle Robador de Barcelona en 1917. Su padre, José Fontanillas, era un destacado militante de la CNT y su madre, Maria Borràs, era hija de el igualadino Martín Borrás Jové y de la barcelonesa Francesca Saperas Miró, verdadera línea histórica del anarquismo de nuestro país. Su abuelo materno había fundado en Gracia, con Emilio Hugas, los periódicos anarquistas La Justicia Humana (1886) y Tierra y Libertad (1889). Martín Borrás, zapatero de oficio, fue detenido y encerrado en el castillo de Montjuïc como colaborador del atentado de Paulino Pallás contra el capitán general de Cataluña Martínez Campos. Borrás no pudo soportar la presión de la represión y se suicidó en 1894 en el castillo.

Francesca Saperas y su hija Salud Borrás, que formaban parte de los comités de solidaridad con los presos libertarios, se casaron en 1897 con dos condenados a muerte por el Proceso de Montjuïc, los anarquistas Tomás Aschiere y Lluís Mas, respectivamente, que fueron ejecutados los fosos del castillo. Francesca Saperas fue desterrada en Francia y hasta 1923 que regresó a Barcelona vivió en Argentina, Estados Unidos y México. Su nieta, Antonia Fontanillas, vivió el talante de su familia con exilio en México durante la dictadura de Primo de Rivera hasta el 1934, en el que vuelve a Barcelona y empieza a militar en la CNT ya las Juventudes Libertarias. En 1936 trabajó en la administración del diario Solidaridad Obrera. Terminada la guerra se quedó en Barcelona colaborando en la lucha antifranquista y convirtiendo su piso de la calle Robador publicó varios números clandestinos del histórico periódico confederal. En 1948 conoce Diego Camacho, historiador y escritor conocido con el nombre de Abel Paz, que será su compañero hasta 1958. En 1953 se exilia en Francia, donde colabora en el Movimiento Libertario Español y mantiene contacto con los guerrilleros anarquistas, sobre todo con Quico Sabaté.

En la transición participa activamente con la CNT y, posteriormente, con la CGT. Su vena cultural y documentalista la puerta a colaborar con centros como el Ateneo Enciclopédico Popular y la Fundación Salvador Seguí. Recitaba de memoria los poemas Anarquines de Felipe Cortiella y cantaba los himnos libertarios Hijos del pueblo y A las barricadas en catalán. Antonia Fontanillas publicó y colaboró ​​en varios libros, el último de ellos es el dedicado a la poeta y fundadora de Mujeres Libres, Lucía Sánchez Saornil, que ha visto la luz recientemente. Antonia Fontanillas ha dejado su magnífica biblioteca y hemeroteca en dos instituciones: el Archivo Social de Amsterdam y la Biblioteca Pública Arús.

* Artículo del historiador y escritor Ferran Aisa publicado en el suplemento de cultura del diario El Punt Avui.

Fuente cgtcatalunya.cat

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